Caminamos por un sendero que discurre bordeando el escarpado acantilado. A nuestros pies se mecen las verdes y casi translúcidas aguas de la Costa Brava, en la provincia de Girona, un litoral de 214 km que se extiende desde Blanes, en el sur, hasta Portbou, en la frontera con Francia, comprendido por las comarcas catalanas del Alto Ampurdán, el Bajo Ampurdán y La Selva. Un territorio donde la montaña y el mar se dan la mano, formados por vertiginososos y abruptos acantilados que se asoman a coquetas calas de agua color turquesa. Una orografía característica que también le ha otorgado su nombre: «brava», y que alberga tesoros naturales como el Parque Natural de Cap de Creus, el Parque Natural de Els Aiguamolls de l’Empordà y el Parque Natural de El Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter. Tres escenarios de enorme diversidad. La belleza de sus playas −de gran calidad turística− y calas, algunas de ellas auténticos paraísos escondidos entre acantilados. Sin olvidarnos del carácter mediterráneo de poblaciones como Cadaqués o Calella de Palafrugell, y que alberga lugares tan singulares como la bahía de Roses, el lago de Banyoles o los jardines botánicos de Santa Clotilde, Pinya de Rosa, Marimurtra y Cap Roig.

Estamos en Sant Feliú de Guixols, en concreto en una de sus playas más coquetas, la de Sant Pol de Sant Feliu de Guixols, fácilmente reconocida por la Casa de les Punxes, un palacete con nueve afiladas  torres y también por una veintena de coloridas casetas de madera. Aquí tiene su centro de operaciones la empresa de actividades en la naturaleza Verd Mar, con quienes vamos a realizar una de las propuestas más atractivas a las que nos podemos apuntar los amantes de las vacaciones “moviditas” y que nos permite descubrir los espectaculares paisajes de la Costa Brava desde otro punto de vista: el “Coastering”, una modalidad de aventura que combina el trekking, el barranquismo, la escalada y el snorkeling, y que nos permite descubrir las pequeñas calas escondidas entre los acantilados y rodeadas de vegetación, accesibles por mar o desde caminos de ronda que rodean el litoral comunicando sus poblaciones.

El Camí de Ronda vuelve a asomarse a un saliente al mar por donde transcurre la Vía Ferrata de Cala del Molí, una de las pocas en el mundo que transcurre junto al mar, y la única europea cuyo trayecto está sobre el agua. Consta de 2 tramos y 5 puentes: un paso por encima de un tronco, 3 puentes tibetanos y un puente nepalí, en un recorrido estimado de entre 2 y 4 horas, y que también puedes hacer con “Verd Mar”.

Otro punto de interés de nuestro trayecto se sitúa en el Mirador “Triadores”, desde donde se aprecian los Esculls d’En Blanc, tras dejar atrás otro mirador, el de “Peixeteres” comenzaremos el descenso hacia el puerto de Sant Feliu de Guíxols, pero pasaremos antes por la rocosa y escarpada Cala Jonca. Para darte un baño en sus aguas deberás bajar por una escalera metálica formada por numerosos escalones, no apta para aquellos que padecen de vértigo. En el recorrido también pasaremos por tres calas muy estrechas y alargadas: la Cala des Cranc, la Cala dels Mussols y la Cala del Peix, cuyo nombre le viene dado porque en 1912 quedó embarrancada una ballena rorcual de 8 toneladas de peso y 18 metros de largo.

Nosotros seguimos con el coastering, sorteando bloques de rocas, saltando al agua, nadando y también, buceando, o más bien, haciendo snorkel para contemplar la rica vida marina de la Costa Brava. A lo largo de todo este litoral de Sant Feliu de Guixols hay calas como Sa Caleta, Maset o en el Cap de Mort que parecen diseñadas especialmente para la observación con gafas y tubo, no es necesario sumergirse metros de profundidad para poder ver peces. Por cierto, que el Cap de Mort es origen de leyendas e historias de marineros, piratas y monstruos marinos. A la cala de Mort, entre Cala dels Mussols y Cap de Mort, sólo se puede acceder en kayak, haciendo paddle surf o coastering, y se llama así porque en lo alto de las rocas que la rodean hay una piedra en forma de calavera. Aquí podemos hacer de aprendices de espeleólogos adentrándonos en la Cova des Ratpenats o Cueva de los Murciélagos. Otra pedazo de aventura como postre de este coastering por el litoral de Sant Feliu de Guixols.