La Costa Daurada, en Tarragona, toma su nombre por sus extensas y coquetas playas que adquieren el color dorado cuando el sol incide en ellas. Una extensión de 3.000 km2 en la que se puede hallar una variada oferta turística, que va desde las 60 playas que le dan nombre hasta todo tipo de atractivos históricos, gastronómicos, paisajísticos, de ocio y de cultura como la ciudad de Tarragona, Patrimonio de la Humanidad o PortAventura.
Otra aventura marina muy especial es la Experiencia Tuna Tour, nadar entre cientos de ejemplares salvajes de atunes rojos del Mediterráneo, y de paso descubrir la historia, la pesca, alimentación, investigación, biología y el importante valor gastronómico del atún rojo.
NAVEGANDO POR EL DELTA DE L’EBRE
Nos encontramos en el Parque Natural del Delta del Ebro y el día despierta soleado. Se pronostica una jornada especial en este espacio de gran belleza natural y lugar ideal para la práctica de todo tipo de actividades acuáticas y deleitarse con su auténtica diversidad biológica. Esta zona se encuentra precisamente dividida por el río más caudaloso de España y que da nombre a su entorno, el Ebro, convirtiéndose en una de las zonas de más atractivo turístico de Catalunya por su riqueza natural y fácil recorrido. Sus dos extensiones geográficas de tamaño similar, llamadas hemideltas, dividen las comarcas del Montsià i el Baix Ebre, presentando un paraje completamente llano ocupado por infinitos campos de arroz y pequeños núcleos de población, siendo los más cercanos Deltebre y Sant Jaume d’Enveja.
El Parque Natural del Delta de l’Ebre es el hábitat acuático más extenso de Cataluña y uno de los espacios naturales húmedos más singulares de Europa. Esta biodiversidad y riqueza natural le ha hecho merecedor de ser declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Extensiones enormes de campos de arroz que cambian de color con las estaciones y donde habitan especies de aves únicas en el mundo. Para que os hagáis una idea, de las 600 especies ornitológicas existentes en Europa, más de la mitad se encuentran aquí. Los amantes del birdwatching u observación de aves encuentran aquí uno de los espectáculos naturales más excepcionales del planeta. Y en la Estación Naútica (Nautic Parc) de Costa Daurada-Terres de L’Ebre nos ofrecen la posibilidad de descubrir este tesoro de biodiversidad de diferentes maneras: en kayak, remando en una tabla de SUP, en velero o en nuestro caso, en una cómoda embarcación, para adentrarnos en este escenario natural y dedicarnos sólo a observar el entorno y también a saborear la gastronomía de la tierra, con productos de «kilómetro 0», porque aquí se producen ostras y mejillones. Más fresco, imposible. Con esta experiencia que organizan en el Nautic Parc tendremos la posibilidad de disfrutar del Delta del Ebro y sentir sus sabores más especiales. Empezaremos la jornada visitando una batea en pleno Parc Natural del Delta, Allí se producen ostras y mejillones. Durante el paseo en barca podremos degustar ambos productos producidos en la misma batea, acompañados de una copa de vino o cava. De regreso a l’Ampolla, disfrutaremos de otro de los productos estrella del Delta: el arroz. En un restaurante del puerto deportivo saborearemos unos entrantes a base de tostadas de anguila ahumada, mejillones y chipirones.
De la mano de Julio Bellaubí, nativo de la zona y con más de 25 años de experiencia en el alquiler de embarcaciones con la empresa Housing&Fishing JB, nos invitan a subir a una de sus barcas tipo open para descubrir de forma cómoda este entorno tan privilegiado. Un saludo amable y ganas de explicar mil historias son un buen inicio para este día que sigue precioso y totalmente despejado. Nos encontramos en el puerto de Riumar, donde se concentran pequeños establecimientos de alquiler de embarcaciones recreativas y todo tipo de actividades relacionadas con la pesca. “Aquí se trabaja todo el año”, comenta Julio, y continúa “…fuera del verano nos movemos con un calendario orientativo de pesca que abarca toda la temporada, aunque muchas de las especies se mueven influenciadas por la comida o la temperatura del agua y esto hace que se adelanten o atrasen los momentos óptimos de las capturas”. En el Delta la lista de especies es extensa y es una delicia para este deporte que atrae, no sólo visitantes del país, sino también europeos que practican diferentes modalidades como la pesca a mosca, el curricán o el spinning. En el río se pueden pescar lubinas, doradas, siluros, palometas, anjovas… y las tan apreciadas angulas que forman parte de su vida animal. Es importante asesorarse por empresas especializadas de la zona y tener la licencia de pesca necesaria, y si no la tenemos, no nos preocupemos, en su agencia nos la tramitan y la imprimen en el acto.
Después de las explicaciones iniciales de Julio y un buen café en el propio embarcadero para romper el hielo, nos ponemos en marcha río arriba para rodear la Isla de Buda que tenemos justo enfrente, y que a través del Río de Migjorn podremos explorar con detenimiento. Lo primero que te ofrece este medio de transporte es sentir cómo la brisa te acaricia y cómo te refresca el alma. Las aguas son tranquilas y permiten una navegación fácil y segura, y una amplia visualización del paraje natural repleto de juncos y cañizales donde se esconden y revolotean distintos tipos de aves como el Martín Pescador, el Calamón Común o el Pato Colorado. Este parque natural, que se incluye dentro de la Reserva de la Biosfera de Terres de l’Ebre, destaca por ser la principal zona húmeda de Cataluña y la segunda de España, tras Doñana, y merece especial atención el poder disfrutar de este paraíso ornitológico de gran relevancia internacional y credenciales que lo atesoran.
En apenas dos kilómetros río arriba, desde la base náutica, giramos a la izquierda hacia el Migjorn, un canal natural con aspecto salvaje que bordea la Isla de Buda a su izquierda y cuyo camino termina en la playa de su mismo nombre, la playa de Migjorn. Este brazo había sido una antigua desembocadura del río Ebro, pero actualmente sólo en situaciones metereológicas complejas, como las llevantadas, puede llegar a conectar esta ramificación del rio principal con el mar. En este recorrido hacemos una primera parada en un pequeño embarcadero en desuso pero que nos permite la bajada a tierra y subir al Mirador de Migjorn, un observatorio privilegiado de la Balsa de la Alfacada y de la Isla de Buda, un verdadero mosaico de biodiversidad por las numerosas especies de aves que habitan y sobrevuelan la zona, y el lugar con más presencia nidificadora del Delta. Desde este emplazamiento tenemos la suerte de identificar una colonia de flamencos, aves de gran tamaño y peculiar aspecto, con ese colorido rosado de las plumas que su alimentación en aguas salobras les aporta. Siguiendo este recorrido visual en dirección a los humedales de las Isla de Buda fuimos afortunados y pudimos ver, paseando libremente, unos caballos salvajes procedentes de la región francesa de la Camarga que fueron introducidos en este emplazamiento en donde habitan de forma autónoma.
De regreso a la embarcación Julio nos ofrece una experiencia única, disfrutar del sabor exquisito de unas ostras cultivadas en la zona y que nos trae perfectamente presentadas en una barquita de madera sobre una gruesa capa de hielo y todo ello contrastado por el amarillo limón de los cítricos que tan bien las marida, y cómo no, para acompañar, un buen cava de fina burbuja de origen Penedès. La ocasión merece todo su respeto y entre preciso momento pensé convencido que el paraíso está muy cerca, seguro.
Rumbo de nuevo a la vía principal y en dirección a Delta de L’Ebre es momento ahora de disfrutar de un largo paseo en barco recorriendo la amplitud del río y aprovechando para identificar un paisaje que intenta buscar la armonía entre su valor natural y la explotación humana, principalmente a través del cultivo del arroz, una de las grandes bases económicas de la zona. Las tranquilas aguas del rio se bifurcan ahora por la Isla de Gracia, un itinerario circular muy interesante si se realizase en kayak, ya que permite disfrutar de cerca de su hermoso bosque de ribera y la particular fauna que lo habita.
Y para terminar, ahora sí, rumbo al mar, amarramos la embarcación en un pequeño amarrador muy cerca de Lo Passador, el puente que desterró a los tres transbordadores que realizan innumerables pases diarios de orilla a orilla salvando la amplitud del Ebro entre las poblaciones de su ribera. De obligado cumplimiento hay que degustar un buen arroz, y es que aquí donde todo gira en torno al arroz y su riqueza gastronómica. Justo delante del embarcadero se ubica el Restaurante l’Arròs del chef Ladis Alcalá (Tel 641 380 122 /IG @restaurantlarros) donde nos recomienda ciegamente unos mejillones y su arroz con cangrejo azul especialmente cocinados a la brasa. No solamente es un espectáculo visual, el sabor y calidad de la gastronomía de la zona es imprescindible para entender este entorno de tradición y naturaleza en perfecta armonía, y un delicioso final a nuestra excursión por estas tierras bañadas por aguas dulces y saladas.